18/06/2015

Mi primer voluntariado, el mejor inicio de carrera

por: Mario Caller
Salió el aviso de que se buscaban voluntarios para el programa “Ecología Poblacional de Mamíferos Marinos”, esta era la oportunidad para empezar a vivir mi carrera, el voluntariado duraría hasta fines de Marzo (eso implicaría perder 3 semanas de clase)... que importa, valdrá la pena me dije.

Y dicho y hecho, hoy que ya finalicé mi voluntariado (y aunque tengo un montón por ponerme al día) estoy más que satisfecho por haber tomado la decisión de postular.
Marco (Coordinador de campo) nos recibió en el terminal y nos llevó hacia la reserva. La emoción al entrar a esta y observar una gran mancha negra de aves que eran miles y miles de guanays juntos!!, la emoción al bajar de la camioneta y tener cientos de lobos marinos al frente tuyo!! , todo aquel que ha ido a San Juan estoy seguro ha debido experimentar eso.

Y el día en San Juan empezaba a las 5:30 de la mañana. El amanecer era genial, los sonidos de los lobos desde tu habitación era, o tal vez con un poco de suerte, ver el increíble espectáculo que era tener la luna llena encima del mar al amanecer.
Un desayuno veloz... y a campo, siempre acompañado por los residentes de la reserva.

Gallinazos cabeza roja que indicaban el camino hacia la playa de trabajo. Pelícanos, gaviotas, zarcillos, piqueros, e incluso un halcón peregrino curioseaban tu trabajo. Y sobre todo, el sobrevuelo de los miles de guanays que salían a alimentarse justo frente a ti en medio del censo.
La tarea una vez en playa consistía en censar los lobos y ubicar a los ya marcados, esto último se volvería un reto personal: “Aumentar cada día el número de individuos marcados observados”.
Y así se hizo. La constancia (característica obligatoria de todo miembro permanente en San Juan) se contagia, más aún con Marquito cerciorándose de tu avance.
Además de los trabajos diarios, tuve el privilegio de interactuar muy de cerca con los lobos marinos en las capturas a los pups (bebés de lobo marino) para su marcaje y posterior seguimiento.

Esta fue las más increíbles de todas las experiencias del voluntariado (y posiblemente de mi vida hasta hoy), y el trabajo, aunque duro, no deja de ser ameno junto a los participantes del Programa.

Esa mesa de trabajo junto a Marco, Paulo y Roly debe repetirse!
El Programa Punta San Juan es una familia, familia que reparte las tareas entre todos por igual para el buen funcionamiento del lugar.

Y así, además del trabajo en campo, estaba el trabajo en la casa: cocinar, limpiar, hacer las compras de la semana, etc.

La cocina, fue un reto que fue superable con la ayuda de todos (Kerly, Lyanne, Marco, Paulo y Roly) y sobretodo de Fernando Nishio “el chino” que con sus técnicas para “bajar el pH” salvo un escabeche de una dosis extra (bien extra) de vinagre. Todo al final salió bien :)
Y a pesar del trabajo, siempre había tiempo para distraerse.

Con las mascotas, Conham y Beky. Escuchando música al ir al centro. Fotografiando a las lagartijas que cruzaban el pasadizo junto a Kerly y Paulo. Jugar pelota con Marco, Paulo, Roly, Juanca, Ken, Victor! Las charlas de los desayunos. Los debates interminables en el almuerzo. El pintado del mural en la noche. Etc, etc, etc.
Esos 3 meses fueron increíbles y muy enriquecedores! Gracias a todos por la experiencia, gracias Susana por la oportunidad :) Y a Marco Cardeña y Paulo Colchaux que son, en resumen, los mejores coordinadores de campo.

San Juan te hace crecer en lo intelectual, lo profesional y en lo personal :). Si aún no lo has visitado, propóntelo, esmérate y hazlo.


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