10/07/2015

De saurios del desierto a nutrias marinas

por: Diego Arturo Tataje Alcázar
Para mí todo comenzó cuando vi un documental llamado Olimpiada Animal en donde se mostraba las diferentes habilidades y destrezas de las cinco clases animales; mamíferos, aves, peces, herpetos e insectos; colocándolos en igualdad de condiciones y sometiéndolos a diferentes pruebas físicas. Desde este punto comencé a interesarme en el extenso y diverso mundo que comprende la bilogía, ciencia que tiene como objetivo el estudio de los seres vivos.
Hace poco más de tres meses, egresado de la Facultad de Ciencias Bilógicas y realizando los trámites para sustentar mi tesis, vi la publicación de una convocatoria para voluntariado del programa Punta San Juan, me sorprendió lo cerca que era y de que antes no avía escuchado de él, pero durante mis años universitarios siempre me recomendaron que asiera un voluntariado y pensé que este era la oportunidad de desarrollarme más profesionalmente.
Para mi Punta San Juan es un lugar único, al ser un ambiente muy diverso, no solo por su geografía y los animales que habitan en él, sino por la gran variedad de personas que viven o han pasado por este lugar.

A lo largo de todo mi voluntariado pude conocer todo tipo de personas: fotógrafos, miembros de revistas, antropólogos, comunicadores sociales, geógrafos, topógrafos, arquitectos, ingenieros ambientales, veterinarios, guarda parque, guarda islas y biólogos; todos con diferentes propósitos pero con un mismo objetivo fundamental, concientizar a las personas y proteger las maravillas que alberga el Perú.
Pero regresando un poco a la razón del título, durante mi voluntariado tuve la oportunidad de observar y estudiar animales únicos: a los Saurios del desierto, mejor conocidos como lagartijas, unos pequeños y escurridizos animales que si te tomas tu tiempo para observarlos podrás apreciar su belleza; también están los torpes Pingüinos que siempre te sacaran una sonrisa al verlos caminar, pero no te equivoques, aunque parezcan torpes y miedosos, si es por sus crías pueden recorrer grandes distancias y proteger decididamente sus nidos; además están los perezosos Lobos Marinos y sus hiperactivas crías que de vez en cuando te aran dudar si es el mismo que viste y contaste ase solo un segundo durante los censos poblacionales; no se puede dejar de mencionar a los asustadizos Piqueros, Pelicanos y Guanay, a los cuales solo puedes acercarte cargando una pesada caja que te cubra; y que decir del astuto Zorro, siempre ingenioso para salirse con la suya, trepando altor muros y persiguiendo al Guanay; también están los corteses zarcillos, siempre levantando y bajando la cabeza a modo de saludo entre ellos pero al igual que los pingüinos pueden ser unos fieros padres protectores; además destacan los imponentes Gallinazos, quienes sino están surcando los cielos sin siquiera mover las alas podrá observarlos tomando sol con las alas extendidas en las colinas; no olvidarnos de las elegantes Garzas, siempre refinados a la hora de comer, incluso cuando comen las moscas que revolotean alrededor de los lobos marinos; y por ultimo pero no menos importante la siempre ágil y juguetona Nutria Marina, un animal difícil de encontrar al cual tuve la suerte de ver no solo una sino hasta 6 veces.
Y así estaba yo, en el último día de mi voluntariado contando a los lobos marinos muy temprano en la mañana, con sentimientos encontrados de volver a casa y e dejar este asombroso lugar, en mi mente pensaba que sería fantástico ver a la nutria una última vez y cuando comenzaba a perder la esperanza lo vi, y para mi gran sorpresa no era una sino dos Nutrias correteando y saltando, fue solo unos cuantos segundos, pero pude observar cómo se zambullían entre las olas y comenzaban a formar círculos en espiral mientras se alejaban mar a dentro en dirección al horizonte.

Con todo esto quiero transmitir un mensaje, que el mundo es un lugar fascinante y sorprendente y que para poder verlo solo tienes que detenerte un momento y observar a tu alrededor, no importa que estés en medio de la ciudad, mira a ti alrededor, mira tus pies, mira el horizonte, mira el cielo; quien sabe algún día puedas ver una majestuosa ave surcando los cielos, o como yo si estas cerca al mar, a dos juguetonas nutrias.


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