Cuando estamos en campo, sabemos que los días pueden ser largos y cansados. Sin embargo, estar en constante contacto con la naturaleza es relajante. Y día a día tenemos la suerte de ver de cerca lo extraordinaria que esta puede ser. Pero cuando crees que no puedes asombrarte más, ocurre algo aún más espectacular.
En esta época del año dentro de Punta San Juan (PSJ), se hace seguimiento a los nidos nidos de pingüino de Humboldt (porque sí, en Perú sí hay pingüinos y no, no todos los pingüinos viven zonas con hielo). Un día por la mañana, fui a hacer este seguimiento a una de las colonias (N9 para quiénes la conocen). Si bien el trabajo que estaba haciendo fue divertido, lo mejor del día vino después.
Cuando termine fui a alcanzar a Paulo. el sub coordinador de campo, quién estaba haciendo conteo de los lobos chuscos. Y fue este momento el que hizo de un día normal, uno inolvidable. Mientras Paulo terminaba el conteo, las aves guaneras se estaban preparando para salir al mar a comer. Se estaban dispersando y al parecer estaban un poco confundidas porque estaban volando en círculos. Las que aún seguían en tierra nos empezaron a rodear, lo que hacía imposible que saliéramos sin asustarlas. Así que, solo nos quedaba esperar a que se fueran. Si alguna vez te has detenido a ver el vuelo de una ave, sabes que sea cual sea la especie es majestuoso. Pero ver cientos de miles de aves salir a la vez, es algo indescriptible. Y es algo que he tenido la suerte de ver ya varias veces desde lejos. Aunque esta vez fue diferente, no solo podía verlo, era como si yo misma hiciera ese vuelo. No se cuanto tiempo estuvimos ahí esperando, pero cuando algo es tan hermoso, pierdes la noción de todo.
Por fin un grupo decidió la ruta que debía seguir y lo que ya creía maravilloso me termino por quitar el aliento. Cientos de miles de aves volando en bandada por encima nuestro como si el cielo se hubiera estrellado de día. En ese momento no había preocupaciones, pues lo peor que podía pasar era que nos cagaran encima. Y ese era un precio que podía aceptar por el espectáculo que nos estaban dando.
Si bien creo que tomar fotos es bonito porque puedes compartir tus experiencias con aquellos que no pueden estar ahí, al hacerlo no disfrutas al máximo lo que esta ocurriendo frente a ti. Por lo que normalmente ya no tomo muchas fotos. Pero esta vez me dije a mi misma: “es demasiado hermoso para no poder compartir un poco de esto”. Así que, si con este post logre que quisieras estar ahí para experimentarlo tu mismo, al final hay un link puedes ver un video de ese día. Espero que puedas imaginarte ahí, sentir esa paz y deslumbrarte con lo sorprendente que es la naturaleza. Y aún mas importante que te motive a amarla un poco más, para que la quieras cuidar cada día más.
Solo quería terminar diciéndoles que si tuviera que describir ese día con una sola palabra, sería “Agradecida”. Me siento agradecida por tener la oportunidad de tener estos momentos que la naturaleza nos da. Se que siempre habrá una experiencia aún mas cautivadora que la otra. Y mientras espero a ser sorprendida de nuevo, solo me queda disfrutar lo que ya de por si es un regalo.



REGRESAR A LA PGINA DE INICIO





