24/06/2015

¿A dónde van los papás pingüino?

por: Antje Chiu Werner
¡Hola!

Hoy quiero contarles lo que ha venido ocurriendo en los últimos cuatro años en Punta San Juan (Ica, Perú) cuando muchos pingüinos de Humboldt bebés comienzan a nacer mientras otros esperan salir del cascarón.
Desde el 2011 estamos averiguando qué hacen los papás cuando no están en el nido incubando o cuidando a sus bebés: ¿a dónde se van? Sí, la respuesta obvia es al mar, donde la vida es más sabrosa, pero ¿a qué parte? ¿Cuán lejos o cerca? ¿Se quedan cerca a la costa? ¿Se van mar adentro? ¿Se van al norte o tal vez al sur? Y lo realmente importante: ¿estamos protegiendo al pingüino una vez que entra al mar?
El pingüino de Humboldt es una especie protegida por Ley. Pero la ley hasta hace poco, sólo protegía las áreas donde los pingüinos anidan junto con otras aves guaneras. Desde hace unos pocos años surgió un interés por la creación de Areas Marinas Protegidas (AMPs) con la finalidad de proteger también las áreas donde estas aves –y otros mamíferos y depredadores tope en el mar– suelen alimentarse. ¿Sabemos dónde están esos lugares? Eso es lo que intentamos averiguar para hacer los esfuerzos de protección y conservación más eficientes.

Para lograrlo, usamos unos pequeños dispositivos GPS que debemos súper-empaquetarlos para asegurarnos que ninguna gota de agua toque los circuitos y se malogren. Es un trabajo de mucha paciencia y buen humor (y a veces con técnicas poco ortodoxas). Sin embargo, siempre al final se ven como caramelitos.
Luego viene lo más divertido pero también lo más delicado: atrapar a los papás con mucho cuidado y en el menor tiempo posible para evitarles cualquier estrés innecesario –a ellos y sus crías o huevos– y pegar los dispositivos a las plumas en la espalda usando cintas adhesivas especiales. Les pintamos una pequeña marca de color en el pecho para reconocerlos fácilmente sin necesidad de atraparlos nuevamente– y cinco minutos más tarde el pingüino papá es devuelto al nido para recobrar su tranquilidad.
A partir de entonces vamos dos veces al día a revisar rápidamente el nido a buscar el "papá pintado". Con un poco de suerte, al día siguiente ha salido al mar y encontraremos a la pareja en su lugar.
Es entonces cuando la emoción de esperar el regreso de "papá pintado" empieza, ya que cuando regrese traerá consigo mucha información que nos sirve muchísimo para poder protegerlos mejor. Esa información nos dice la ruta que usaron para llegar a qué sitio y a qué hora, cuánto se demoraron, cuándo regresaron y cómo lo hicieron, dónde pasaron la mayor parte del tiempo, entre otros datos valiosos más.
En los últimos años los resultados fueron interesantes pero las muestras muy pequeñas porque nuestra principal limitación era la disponibilidad de equipo suficiente para equipar más pingüinos papá y tener una muestra más representativa. Sin embargo, para felicidad nuestra, los fondos llegaron el 2015 a través del Programa para la Investigación en Campo para la Conservación (FRC) del Zoológico de Saint Louis (EEUU) y con ello conseguimos suficientes equipos. Pero este mismo año también llegó un Niño moderado, una onda Kelvin que hizo que muchos pingüinos abandonen nidos o siquiera se animen a reproducir. Los prospectos no se veían bien pues la tasa de abandono que se observaba hace unas semanas ponía en riesgo también la posibilidad de recuperar nuestros GPS y obtener los datos.

La curiosidad era igualmente grande: si obteníamos datos serían diferentes, ya que nos permitirían saber el comportamiento de los pingüinos que sí decidieron tener crías para mantenerlas y mantenerse a sí mismos frente a condiciones no favorables.

Así que fuimos igual al campo. Si bien no tuvimos muchos nidos para muestrear, aprovechamos todos los disponibles, y para nuestra grata sorpresa, la tasa de recuperación de nuestros equipos fue bastante alta a pesar de las bajas expectativas que tuvimos.

¡Hora de analizar los datos!

... continuará.


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